Esta vez conseguí dirigirme a un lugar donde hace mucho que quería ir, por su profundidad, aguas claras y la naturaleza marina que se puede observar, para mi un paraíso y como no por su pesca, aunque me tocó el día con mucho aire y cambiante, que creo que al igual de incomodo que estaba yo estaban los peces, conseguí pescar una oblada y un pez aguja, peces que todavía no había capturado a spinning.
Nunca había sentido el ataque de una oblada, son muy voraces y es increíble notar en la caña el ataque de éstas, hasta que no conseguí clavarla, que es difícil por su boca pequeña, me tuvo con los nervios, por no saber de que podían ser tales ataques a mi artificial, tournament shiner de 10 gramos y 9cm flotante, conseguía las picadas moviéndolo como un pez herido.
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