Pues en eso consistieron dos amaneceres seguidos de octubre. En saltar por las piedras escapando de grandes olas para no acabar duchado,andar por la playa, bailar los señuelos y pescar bailas. El levante las atrajo cerca de la costa y fueron los dos días un no parar de ataques increíbles, el último con levante fuerte y donde mas ataques conseguí, incluso viéndolos desde la orilla, aunque no eran de gran tamaño lo pase muy bien. Fueron capaces de conseguir que disfrutara de la pesca como pocas veces, consiguiendo que me olvidara del tiempo.
Y esta vez si que me sirvió para aprender mas sobre donde lanzar y buscar los peces, que en la foto indico:
Las flechas son los lugares donde lanzaba un anguilon plomado de 8,5gr ya que la resaca no me dejaba usar otro tipo porque me los metía en la piedra.En la zona marcada de verde, se producían la mayoría de los ataques, donde se revolvía la arena y se creaba espuma por las olas, esperaba a que pasaran el oleaje más fuerte y lanzaba, ahí estaba la clave para pescarlas, echar la foto y al agua de nuevo.